
«Siempre me ha gustado el cine y durante mi adolescencia soñaba con ser director cinematográfica. Cuando descubrí la moda y su poder narrativo, decidí convertirme en diseñador. Fue para mí la evolución natural de un sueño».
Pierpaolo Piccioli
Después de la escuela superior, Pierpaolo Piccioli se matricula en el Istituto Europeo di Design, en Roma. El compromiso se impone durante los primeros años de trabajo en el taller. Tras sus primeras experiencias, en 1990 llega a Fendi para trabajar en la línea de accesorios de la marca. En este período se acerca al corazón de la profesión: el contacto con la alta artesanía italiana y la posibilidad de experimentar con un nuevo enfoque.
«Trabajar en estrecha colaboración con los artesanos y sumar la experiencia italiana ha sido fundamental. Me ha permitido entender y percibir las reglas para romperlas y reescribirlas. El saber hacer es la base de la profesión de diseñador. Es la base de la que parte cada proceso creativo».
Después de Fendi, llega a Valentino para desarrollar la incipiente línea de accesorios. Es el comienzo de un reto: dirigir la gran tradición de la Valentino Couture desde los vestidos hasta los objetos, manteniendo intacta la tradición, el tratamiento y la creatividad de su fundador. El experimento funciona en todos los frentes. En 2008, Pierpaolo Piccioli es nombrado codirector creativo de Valentino.
«Desde los primeros días, la tarea más importante en la herencia de Valentino ha sido lograr la percepción, la idea y la esencia de la Maison más que volver a proponer piezas de su archivo. Ha sido un proceso creativo que ha tomado como modelo el modus operandi del Atelier de Costura. Es decir, la excelencia humana retratada en cada detalle. Desde el desfile, pasando por las colaboraciones, hasta las tiendas».

En pocos años, Valentino se ha convertido en una marca de referencia para el mundo de la moda y en un caso de éxito internacional. En 2016, Pierpaolo Piccioli es nombrado único director creativo de la Maison. Es el comienzo de una nueva era, una evolución más para la marca italiana.
«Me interesa la idea del humanismo que alimenta la creatividad. La conexión humana que forma esta Maison es para mí el mejor equipo posible. Aquí he descubierto que no puede haber innovación sin un profundo conocimiento de la tradición. Al mismo tiempo, sé que el sentido del límite que surge de esta conciencia te da la libertad de pensar en cómo traspasarla. Esta, en definitiva, será la nueva dirección que tomará Valentino: una narración humana, personal y a la vez unánime, de una historia que aún está por escribir».